Esto es lo que pasa cuando pruebas una provoleta recién salida del horno

Una de las entradas argentinas que conquista desde el primer bocado

Entre todas las entradas argentinas, hay una que brilla por encima del resto: la provoleta. Este queso fundido, servido al punto justo y con ese dorado irresistible, es el inicio perfecto para cualquier experiencia de comida argentina.

El secreto está en los sabores auténticos

La magia de la provoleta no solo radica en el queso, sino en los detalles: la cocción al horno que potencia su textura, las hierbas que realzan su aroma y la crocantez ligera en cada bocado. Son esos sabores auténticos los que la convierten en un clásico que nunca falla.

Mucho más que una entrada, una tradición en la mesa

Probar una provoleta recién servida es viajar directo a la tradición de las parrillas argentinas. Es compartir, abrir el apetito y preparar al paladar para lo que viene. En ese pequeño ritual está encapsulado el espíritu de la comida argentina.

Cómo disfrutarla al máximo

La provoleta se vive mejor acompañada: con un buen vino tinto de nuestra carta, con un trozo de pan crujiente o como antesala a un corte de carne jugoso. Es ese puente perfecto entre la sencillez y la sofisticación de la gastronomía argentina.

Descubre por qué aquí la provoleta sabe diferente

En Bodega Argentina cuidamos cada detalle para que esta clásica entrada llegue a tu mesa con todo su carácter y frescura. Una provoleta recién salida del horno no solo abre el apetito: abre también la puerta a una experiencia de sabores auténticos que quedará en tu memoria.

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